psa 12:8 NVI
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  • Jueces 9:18 - Pero hoy ustedes se han rebelado contra la familia de mi padre; han matado a sus setenta hijos sobre una misma piedra, y han hecho de Abimélec, hijo de su esclava, el rey de los señores de Siquén solo porque él es pariente de ustedes.
  • Jueces 9:19 - Si hoy han actuado con honradez y buena fe hacia Yerubaal y su familia, ¡que sean felices con Abimélec, y que también él lo sea con ustedes!
  • Jueces 9:20 - Pero, si no, señores de Siquén y Bet Miló, ¡que salga fuego de Abimélec y los consuma, y que salga fuego de ustedes y consuma a Abimélec!»
  • Jueces 9:21 - Luego Jotán escapó, huyendo hasta Ber. Allí se quedó a vivir porque le tenía miedo a su hermano Abimélec.
  • Jueces 9:22 - Abimélec había ya gobernado a Israel tres años
  • Jueces 9:23 - cuando Dios interpuso un espíritu maligno entre Abimélec y los señores de Siquén, quienes lo traicionaron.
  • Jueces 9:24 - Esto sucedió a fin de que la violencia contra los setenta hijos de Yerubaal, y el derramamiento de su sangre, recayera sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquén, que habían sido sus cómplices en ese crimen.
  • Jueces 9:25 - Los señores de Siquén le tendían emboscadas en las cumbres de las colinas, y asaltaban a todos los que pasaban por allí. Pero Abimélec se enteró de todo esto.
  • Jueces 9:26 - Aconteció que Gaal hijo de Ébed llegó a Siquén, junto con sus hermanos, y los señores de aquella ciudad confiaron en él.
  • Jueces 9:27 - Después de haber salido a los campos y recogido y pisado las uvas, celebraron un festival en el templo de su dios. Mientras comían y bebían, maldijeron a Abimélec.
  • Jueces 9:28 - Gaal hijo de Ébed dijo: «¿Quién se cree Abimélec, y qué es Siquén, para que tengamos que estar sometidos a él? ¿No es acaso el hijo de Yerubaal, y no es Zebul su delegado? ¡Que sirvan a los hombres de Jamor, el padre de Siquén! ¿Por qué habremos de servir a Abimélec?
  • Jueces 9:29 - ¡Si este pueblo estuviera bajo mis órdenes, yo echaría a Abimélec! Le diría: “¡Reúne a todo tu ejército y sal a pelear!”»
  • Jueces 9:30 - Zebul, el gobernador de la ciudad, se enfureció cuando oyó lo que decía Gaal hijo de Ébed.
  • Jueces 9:31 - Entonces envió en secreto mensajeros a Abimélec, diciéndole: «Gaal hijo de Ébed y sus hermanos han llegado a Siquén y están instigando a la ciudad contra ti.
  • Jueces 9:32 - Ahora bien, levántense tú y tus hombres durante la noche, y pónganse al acecho en los campos.
  • Jueces 9:33 - Por la mañana, a la salida del sol, lánzate contra la ciudad. Cuando Gaal y sus hombres salgan contra ti, haz lo que más te convenga».
  • Jueces 9:34 - Así que Abimélec y todo su ejército se levantaron de noche y se pusieron al acecho cerca de Siquén, divididos en cuatro compañías.
  • Jueces 9:35 - Gaal hijo de Ébed había salido, y estaba de pie a la entrada de la puerta de la ciudad, precisamente cuando Abimélec y sus soldados salían de donde estaban al acecho.
  • Jueces 9:36 - Cuando Gaal los vio, le dijo a Zebul: —¡Mira, viene bajando gente desde las cumbres de las colinas! —Confundes con gente las sombras de las colinas —replicó Zebul.
  • Jueces 9:37 - Pero Gaal insistió, diciendo: —Mira, viene bajando gente por la colina Ombligo de la Tierra, y otra compañía viene por el camino de la Encina de los Adivinos.
  • Jueces 9:38 - Zebul le dijo entonces: —¿Dónde están ahora tus fanfarronerías, tú que decías: “¿Quién es Abimélec para que nos sometamos a él?”? ¿No son esos los hombres de los que tú te burlabas? ¡Sal y lucha contra ellos!
  • Jueces 9:39 - Gaal salió al frente de los señores de Siquén y peleó contra Abimélec;
  • Jueces 9:40 - pero este los persiguió y, en la huida, muchos cayeron muertos por todo el camino, hasta la entrada de la puerta.
  • Jueces 9:41 - Abimélec se quedó en Arumá, y Zebul expulsó de Siquén a Gaal y a sus hermanos.
  • Jueces 9:42 - Al día siguiente el pueblo de Siquén salió a los campos, y fueron a contárselo a Abimélec.
  • Jueces 9:43 - Entonces Abimélec tomó a sus hombres, los dividió en tres compañías, y se puso al acecho en los campos. Cuando vio que el ejército salía de la ciudad, se levantó para atacarlo.
  • Jueces 9:44 - Abimélec y las compañías que estaban con él se apresuraron a ocupar posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Luego dos de las compañías arremetieron contra los que estaban en los campos y los derrotaron.
  • Jueces 9:45 - Abimélec combatió contra la ciudad durante todo aquel día, hasta que la conquistó matando a sus habitantes; arrasó la ciudad y esparció sal sobre ella.
  • Jueces 9:46 - Al saber esto, los señores que ocupaban la torre de Siquén entraron en la fortaleza del templo de El Berit.
  • Jueces 9:47 - Cuando Abimélec se enteró de que ellos se habían reunido allí,
  • Jueces 9:48 - él y todos sus hombres subieron al monte Zalmón. Tomó un hacha, cortó algunas ramas, y se las puso sobre los hombros. A los hombres que estaban con él les ordenó: «¡Rápido! ¡Hagan lo mismo que me han visto hacer!»
  • Jueces 9:49 - Todos los hombres cortaron ramas y siguieron a Abimélec hasta la fortaleza, donde amontonaron las ramas y les prendieron fuego. Así murió toda la gente que estaba dentro de la torre de Siquén, que eran como mil hombres y mujeres.
  • Jueces 9:50 - Después Abimélec fue a Tebes, la sitió y la capturó.
  • Jueces 9:51 - Dentro de la ciudad había una torre fortificada, a la cual huyeron todos sus habitantes, hombres y mujeres. Se encerraron en la torre y subieron al techo.
  • Jueces 9:52 - Abimélec se dirigió a la torre y la atacó. Pero cuando se acercaba a la entrada para prenderle fuego,
  • Jueces 9:53 - una mujer le arrojó sobre la cabeza una piedra de moler y le partió el cráneo.
  • Jueces 9:54 - De inmediato llamó Abimélec a su escudero y le ordenó: «Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: “¡Lo mató una mujer!”» Entonces su escudero le clavó la espada, y así murió.
  • Jueces 9:55 - Cuando los israelitas vieron que Abimélec estaba muerto, regresaron a sus casas.
  • Jueces 9:56 - Fue así como Dios le pagó a Abimélec con la misma moneda, por el crimen que había cometido contra su padre al matar a sus setenta hermanos.
  • Jueces 9:57 - Además, Dios hizo que los hombres de Siquén pagaran por toda su maldad. Así cayó sobre ellos la maldición de Jotán hijo de Yerubaal.
  • 1 Samuel 18:17 - Un día Saúl le dijo a David: —Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las batallas del Señor. Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos».
  • 1 Samuel 18:18 - Pero David le respondió: —¿Quién soy yo? ¿Y quiénes son en Israel mis parientes, o la familia de mi padre, para que yo me convierta en yerno del rey?
  • Oseas 5:11 - Efraín está deprimido, aplastado por el juicio, empeñado en seguir a los ídolos.
  • Proverbios 29:12 - Cuando un gobernante se deja llevar por mentiras, todos sus oficiales se corrompen.
  • Miqueas 6:16 - Tú sigues fielmente los decretos de Omrí y todas las prácticas de la dinastía de Acab; te conduces según sus consejos. Por eso voy a entregarte a la destrucción, y a poner en ridículo a tus habitantes. ¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!»
  • Marcos 14:63 - —¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—.
  • Marcos 14:64 - ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece? Todos ellos lo condenaron como digno de muerte.
  • Marcos 14:65 - Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos. —¡Profetiza! —le gritaban. Los guardias también le daban bofetadas.
  • Ester 3:6 - Y, cuando le informaron a qué pueblo pertenecía Mardoqueo, desechó la idea de matarlo solo a él y buscó la manera de exterminar a todo el pueblo de Mardoqueo, es decir, a los judíos que vivían por todo el reino de Asuero.
  • Ester 3:7 - Para determinar el día y el mes, se echó el pur, es decir, la suerte, en presencia de Amán, en el mes primero, que es el mes de nisán, del año duodécimo del reinado de Asuero. Y la suerte cayó sobre el mes duodécimo, el mes de adar.
  • Ester 3:8 - Entonces Amán le dijo al rey Asuero: —Hay cierto pueblo disperso y diseminado entre los pueblos de todas las provincias del reino, cuyas leyes y costumbres son diferentes de las de todos los demás. ¡No obedecen las leyes del reino, y a Su Majestad no le conviene tolerarlos!
  • Ester 3:9 - Si le parece bien, emita Su Majestad un decreto para aniquilarlos, y yo depositaré en manos de los administradores trescientos treinta mil kilos de plata para el tesoro real.
  • Ester 3:10 - Entonces el rey se quitó el anillo que llevaba su sello y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag y enemigo de los judíos.
  • Ester 3:11 - —Quédate con el dinero —le dijo el rey a Amán—, y haz con ese pueblo lo que mejor te parezca.
  • Ester 3:12 - El día trece del mes primero se convocó a los secretarios del rey. Redactaron en la escritura de cada provincia y en el idioma de cada pueblo todo lo que Amán ordenaba a los sátrapas del rey, a los intendentes de las diversas provincias y a los funcionarios de los diversos pueblos. Todo se escribió en nombre del rey Asuero y se selló con el anillo real.
  • Ester 3:13 - Luego se enviaron los documentos por medio de los mensajeros a todas las provincias del rey con la orden de exterminar, matar y aniquilar a todos los judíos —jóvenes y ancianos, mujeres y niños— y saquear sus bienes en un solo día: el día trece del mes duodécimo, es decir, el mes de adar.
  • Ester 3:14 - En cada provincia se debía emitir como ley una copia del edicto, el cual se comunicaría a todos los pueblos a fin de que estuvieran preparados para ese día.
  • Ester 3:15 - Los mensajeros partieron de inmediato por orden del rey, y a la vez se publicó el edicto en la ciudadela de Susa. Luego el rey y Amán se sentaron a beber, mientras que en la ciudad de Susa reinaba la confusión.
  • Job 30:8 - Gente vil, generación infame, fueron expulsados de la tierra.
  • Salmo 55:10 - día y noche rondan por sus muros, y dentro de ella hay intrigas y maldad.
  • Salmo 55:11 - En su seno hay fuerzas destructivas; de sus calles no se apartan la opresión y el engaño.
  • Isaías 32:4 - La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.
  • Isaías 32:5 - Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla.
  • Isaías 32:6 - Porque el necio profiere necedades, y su mente maquina iniquidad; practica la impiedad, y habla falsedades contra el Señor; deja con hambre al hambriento, y le niega el agua al sediento.
  • Daniel 11:21 - »”En su lugar reinará un hombre despreciable, indigno de ser rey, que invadirá el reino cuando la gente se sienta más segura y, recurriendo a artimañas, usurpará el trono.
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